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Cambio de paradigmas en la producción Industrial con Impresión Digital

 

Desde que los productos se fabrican en serie, la impresión forma parte del proceso: las letras de las camisetas, la decoración de madera de la mesa de escritorio, la placa de características de la lavadora e incluso el motivo de flores del juego de café: todos ellos se imprimen. Sin em- bargo casi nadie percibe esta aplicación como una impresión, y mucho menos como parte de la industria gráfica.

Dado que hoy en día la producción en serie a menudo significa, en realidad, producción de grandes cantidades, los métodos analógi-
cos aplicados (en su mayoría serigrafía, y de forma menos frecuente también tampografía e impresión offset) se optimizan de un modo que apenas se conoce en la industria gráfica: como parte de procesos com- plejos con un intensivo tratamiento previo y posterior, en la calidad de la impresión solo se permiten variaciones muy pequeñas, la velocidad del proceso se debe adaptar a la producción general.

A menudo, debido al resto de procesos, en las fábricas las condiciones para una impre- sión de alta calidad son todo menos ideales; el polvo, las vibraciones o el calor intenso dificultan los resultados constantes. A esto hay que añadir la gran presión de los costes, debida a un número elevado de unidades y un aprovisionamiento global. Los requisitos en la impresión industrial son muy estrictos, pero con ella también se pueden obtener grandes oportunidades de lograr beneficios: en un estudio publicado recientemente, IT Strategies estimaba que el valor de estos servicios de impresión superaba en todo el mundo los 100.000 millones de dólares. Además, los trabajos de impresión en la producción industrial están menos sujetos a la situación coyuntural y a las tendencias que en la industria gráfica: en la mayoría de los casos, la comunicación impre- sa es la primera que se suprime cuando aparecen nubarrones por el horizonte, y en tiempos mejores también tiene más competencia con los medios electrónicos, mientras que, en todo caso, la industria de los bienes de consumo sufre realmente cuando hay una gran recesión mundial.

Por el contrario los trabajos de impresión industrial resisten a las crisis, pero el mero tamaño del mercado también la hace difícil: la desloca- lización de trabajos que requieren mucha mano de obra hacia países con sueldos más bajos origina largos trayectos a muchos mercados; las enormes cantidades de unidades consumen muchos recursos que, en alguna parte camino de la producción hasta el consumidor final, se de- struyen sin ser utilizados, ya sea como producto defectuoso de fábrica o en la empresa de reciclaje que al final recoge lo que no se ha podido vender en las rebajas. Tampoco la producción industrial se puede librar de la tendencia global de conseguir bienes y servicios cada vez más rápido y de forma más individualizada.

Ante este panorama no es de extrañar el éxito que han registrado los métodos impresión inkjet en diferentes segmentos de la producción industrial: el nichos de las baldosas y azulejos y algunos nichos peque- ños del sector textil son los ejemplos más importantes. Y sin embargo no son más que una pequeña muestra. En muchas otras industrias, el inkjet, hasta el momento, apenas ha dejado huella. Los motivos son muchos, pero se pueden resumir en tres dificultades principales: la falta de velocidad de las soluciones de chorro de tinta existentes, el liderazgo absoluto de los costes de los métodos analógicos y las cadenas de suministro establecidas.

Mientras que el primer problema, la falta de velocidad de la impre- sión, hoy se puede considerar solucionado con sistemas rápidos de inyección de tinta como la Durst Rho IP-Engine, los otros dos puntos son más difíciles de resolver. Sin embargo, cuando se mira el proceso completo, se pueden conseguir ciertos ahorros relativamente rápidos en el consumo de materias primas y en la logística mediante el uso de soluciones inkjet, de modo que se compensarían en parte los elevados costes por unidad. Pero ¿por qué un fabricante de lavadoras, que no tiene por qué imaginarse que los trabajos de impresión forman parte del ADN de su empresa, debe reorganizar sus procesos existentes, en parte, desde hace décadas solo para seguir en el mismo lugar en el que empezó? Sobre todo teniendo en cuenta que el inkjet, al tratarse de alta tecnología, requiere importantes inversiones y, dependiendo de la aplicación, también un importante trabajo de investigación.

Por eso la migración a la tecnología de inyección de tinta en la produc- ción industrial sólo tiene realmente éxito cuando todo el proceso de creación de valor se mira con lupa y la tecnología se utiliza de forma consecuente para lo que ha sido creada en su día: la producción de pie- zas individuales en grandes cantidades. Gracias a la conexión de datos global, estas „piezas individuales en serie“ se pueden fabricar con tal puntualidad („just in time“) que apenas se originan costes de almacen- amiento: se imprime solo cuando el cliente lo solicita y, en la medida de lo posible, cuando incluso ya ha pagado.

La fabricación „Print on Demand“ es capaz de revalorizar los electrodo- mésticos mediante la individualización y la localización.
Permite obtener un valor añadido emocional para los compradores, pudiendo adaptar estas decoraciones y paneles frontales, pero también ofreciendo ventajas muy prácticas, ya que los indicadores de escala, indicaciones de advertencia y placas de características también se pueden fabricar en idiomas menos habituales y de este modo favorecer la comprensión. En el estudio „What Is Industrial Print“, IT Strategies sugiere para este uso de la impresión inkjet el nombre de „Functional Inkjet“. Naturalmente, esto no está limitado a la línea blanca, sino que se extiende en sus posibilidades de utilización a una gran variedad de grandes industrias, por ejemplo, el sector automovilístico.

Si la impresión digital comprende su potencial súbito de modificar realmente desde la base toda la cadena de creación de valor de una gran variedad de productos, su utilización en empresas industriales será aún mucho más atractiva. Porque sólo la impresión digital hace posible una justificación económica de la producción en serie individualizada de productos revalorizados mediante la impresión.

 

Fuente: www.durst.it

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