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Foto Japón estaría al borde de la liquidación

Foto Japón nació el 23 de agosto de 1983, bajo el nombre de Foto 1 Hora y se estableció en el país como una de las empresas líderes en ventas de productos fotográficos y revelado. Hoy tras 30 años de sobrevivir en el país, anuncia su reorganización porque no puede pagar sus deudas.

Ha sido una dura batalla la que ha enfrentado para no dejarse quebrar, primero recibió la llegada de la revolución digital, en la que tuvo que cambiar sus antiguos esquemas para no dejarse vencer por la innovación que ofrecían las cámaras digitales.

Esta etapa representó la “posibilidad de que cualquiera fuera fotógrafo” afirma Ricardo Gaitán, especialista en marcas. Lo que en principio era imposible de comprar, para 2008 toda la tecnología asociada a cámaras, como impresoras, memorias y cartuchos, estaban al alcance de la sociedad.

Dejó de ser necesario ir a Foto Japón a revelar rollos de fotografía, a comprarlos, o a tomarse fotos, ya que cualquiera que tuviera una cámara digital y una impresora, podía hacer lo mismo.

Por lo que la compañía pasó de tener 210 puntos de distribución en 2008 a tan solo 101 a la fecha.

Tras este tropiezo, la compañía trató de ponerse en pie y de reinventarse, pasó de ser especialista en fotografía a vender diferentes productos digitales y hasta objetos de cocina como teteras.

Sin embargo, en los últimos meses llegó un nuevo golpe que dificultará aún más la recuperación de la compañía y que probablemente fue uno de los causantes para que la firma solicitara su liquidación. El escándalo de Interbolsa, es para Francisco Cubillos, profesor de la Universidad del Rosario especialista en empresas, “el asunto que más sumerge a Foto Japón”.

Foto Japón tiene cuatro dueños: Víctor Maldonado, el empresario involucrado en el escándalo de Interbolsa, de quien se creía era el accionista mayoritario de la firma, figura solo con el 5% de la compañía. Su esposa, María Inés Escobar de Maldonado, sería dueña de otro 45% a través de la firma Narita Investments, mientras que el otro 50% es de Nishima Investments, a nombre de Juan B. Sanint. Ambas sociedades están registradas en Panamá.

“Los Sanint son socios fuertes y pueden pedir que se levanten los embargos a cambio de prestar caución preventiva. Con esa salida podrían garantizar un eventual resarcimiento de prejuicios”, dijo el abogado Julio José Orozco.

El pasado 15 de julio Foto Japón hizo oficialmente la solicitud de reorganización empresarial ante la Superintendencia de Sociedades, pues alegaba que no iba a poder pagar las deudas que tiene con el sistema financiero, principalmente. En la actualidad los técnicos de la entidad se encuentran estudiando el caso y ajustando las cifras, pues al parecer muchas de ellas presentadas en los diferentes reportes financieros no coinciden.

Por ejemplo, la firma Foto del Oriente Ltda. pide acogerse a la ley de quiebras, aun y cuando en sus estados reporta activos por $130.833 millones y deudas de $60 mil 602 millones. Sin embargo, la Supersociedades piensa que muchas de las cifras de los activos fueron infladas, y ha encontrado detalles como que de los 101 locales donde funcionan las tiendas, solo seis son de su propiedad.

Finalmente, es de anotar que bajo Foto del Oriente están subordinadas otras 14 firmas, de las cuales siete están ya en proceso de liquidación y en las que Escobar también aparecería con participación.

Lo que le queda por delante a la Supersociedades es determinar el estado financiero de la firma, quiénes son los dueños y ver con cuántos recursos podría contar para reparar a las víctimas del sonado descalabro de Interbolsa.

Las posibilidades que le quedan a la compañía 

Según el experto Francisco Cubillos, a la empresa Foto Japón le quedan tres caminos después de los golpes que ha recibido por la coyuntura del sector y el escándalo de Interbolsa. Puede optar por ceñirse a los mecanismos institucionales que le imponga el Gobierno, para poder encontrar la forma de seguir operando; la segunda opción que tiene es desligarse del nombre de Interbolsa, en este caso puede ser por medio de su venta a terceros, lo que implicaría una reestructuración de la misma; y la última posibilidad es que la empresa se vea afectada a tal punto que sea necesario cerrarla.

Fuente: http://bit.ly/14usPDA

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