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Alrededor del 64% de las fábricas de ropa de asia recibieron cancelaciones de pedidos.

Más del 49% de los trabajos de producción textil se han visto afectados por el impacto del Covid-19 en Asia Pacífico, según un informe elaborado por la Organización Internacional del Trabajo.

Cancelaciones de pedidos, congelación de la demanda y fábricas cerradas. La ruptura de la cadena de valor de la moda con el coronavirus comenzó en las fábricas de confección de Asia Pacífico y ahora, nueve meses después del estallido de la pandemia, todavía no se han recuperado del golpe.

Sólo tres de cada cinco trabajadores de la industria de la confección en la región han regresado a las fábricas después del estallido del Covid-19, según un informe elaborado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Los trabajadores perdieron al menos de dos a cuatro semanas de trabajo y sólo tres de cada cinco trabajadores han vuelto a las fábricas. Para todos aquellos que siguen trabajando en el segundo trimestre de 2020, están sufriendo reducciones en los sueldos y retrasos en el pago de estos.

En septiembre, cinco de los 33 países de la región aún contaban con cierres obligatorios en los centros de trabajo. Más de 31 millones de trabajadores de las fábricas de confección, que suponen el 48% del empleo total de la confección de la región, vivían en alguno de estos países confinados.

La pandemia ha provocado tres consecuencias principales en la industria de la moda en Asia Pacífico, siendo la primera el cierre de las fábricas. Alrededor del 64% de las fábricas de ropa recibieron cancelaciones de pedidos, lo que afectó a más de 31 millones de trabajadores, el 48% del total de los empleados en el sector de la región.

En segundo lugar, ha habido una caída drástica de la demanda. Esto se ha visto reflejado en que, aquellos países que han tenido unas medidas de confinamiento más estrictas, las ventas han caído en más de un 25 puntos más en comparación con los países que no han tenido esas medidas tan rígidas.

Más del 49% de los trabajadores en las fábricas textiles, dependían de la demanda de los países con las restricciones más duras y donde las ventas se desplomaron alrededor del 40%. En aquellos países en que las restricciones eran menos duras, se vieron afectados el trabajo de 31 millones de personas, y en los países con menos confinamientos sólo afectó a 240.000 trabajadores. A esto también se le suman otros problemas, como por ejemplo que un tercio de los operadores mundiales de moda no sobrevivirían a la crisis provocada por el Covid-19, según un informe realizado por McKinsey en abril de 2020. Esto podría ser consecuencia de que muchas empresas ya habían estado luchando por adaptarse al comercio sostenible y otras estaban en deuda antes de la pandemia, lo que sólo ha acentuado sus problemas.

Fuente: america-retail.com

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